Cómo reaccionan los distintos estilos de apego tras una ruptura

El sistema de apego es el engranaje encargado de evaluar la seguridad y accesibilidad que nos ofrecen figuras de apego (ya sean las figuras materna y paterna en la infancia o las parejas cuando somos adultos). Las personas de un estilo de apego ansioso poseen un talento especial para percibir cualquier señal que pudiese significar una «amenaza» para la relación. Cuando la detectan, su sistema de apego se activa (preocupación, miedo, angustia) y entonces la única manera que existe para desactivarlo es que su pareja emita una señal evidente de que va todo bien y la relación no corre peligro.

Un sistema de apego activado es también el responsable de nuestras recaidas cuando estamos dejando a una persona que sabemos que no nos puede hacer felices. Cuando tu sistema de apego se activa, ocurre un segundo fenómeno de lo más interesante:

• Nos invaden los buenos recuerdos con la persona a la que hemos acabado!!, y milagrosamente olvidas todo lo mal que te lo ha hecho pasar. Recuerdas buenos detalles y obvias que muchos fueron para compensar sus malas actitudes previas. Tu cabeza te dice que debes irte y tu corazón que no. La razón sabe que debes marcharte, pero tu cerebro emocional puede no estar preparado para ello. Ya se encargó la naturaleza, a lo largo de miles de años, de que los circuitos emocionales que rigen nuestro sistema de apego evolucionaran de tal forma que nos costara mucho estar solos. Sin esa cualidad no hubiésemos sobrevivido como especie. Y el modo que tiene el sistema de apego que hemos desarrollado para arrojarnos de vuelta a los brazos de la persona que amamos es inflingirnos un dolor insoportable cuando nos separamos de él o de ella.