Sobre mí

Eugenio – Mentor en apego y relaciones de compromiso
Si has llegado hasta aquí, es porque algo en tus relaciones te inquieta. Tal vez sea tu pareja actual, alguien con quien te ilusionaste o una ruptura reciente. O quizás has notado que ciertos patrones se repiten una y otra vez. Lo que importa es que quieres entender qué está pasando y encontrar claridad.
No estoy aquí para explicarte teorías sobre el apego. Estoy aquí para ayudarte a verlo en tu vida, a entender lo que te frena y a acompañarte en el camino hacia relaciones más seguras y satisfactorias.
¿Quién soy y por qué trabajo en esto?
No soy psicólogo, soy mentor y coach especializado en apego y relaciones de compromiso. Mi trabajo es ayudarte a entender lo que te pasa y a encontrar la manera de gestionarlo con claridad.
No llegué a este tema por moda ni solo por interés académico. Mi propio camino en las relaciones me llevó a explorarlo a fondo. Hubo momentos de inseguridad, dependencia y confusión, pero también experiencias que me hicieron crecer y replantearme lo que realmente significa construir un vínculo sólido. Me di cuenta de que no se trata solo de evitar el dolor, sino de aprender de cada experiencia y acumular la claridad necesaria para elegir mejor.
Experimenté situaciones en las que cuanto más me esforzaba en hacer que funcionaran, más sentía que perdía el control.
Hasta que entendí que el amor sin seguridad no es suficiente. Que una relación de verdad no se basa en aguantar, sino en construir algo donde puedas estar sin miedo a perderte a ti mismo.
Ese camino me llevó a estudiar a fondo los patrones de apego y a acompañar a otras personas en su proceso.
¿Cómo es mi enfoque?
Mi estilo no es complaciente ni basado en fórmulas trilladas. Voy a cuestionarte, desafiar tus patrones y ayudarte a ver lo que quizá ahora no estás viendo.
¿Qué puedes esperar en nuestro trabajo?
Claridad sin rodeos
No vengo a endulzar la realidad, sino a ayudarte a entender lo que pasa.
Apego seguro como meta
No se trata de ser más fuerte o más independiente, sino de atreverte a fortalecer primero tu seguridad en ti mismo, porque es la valentía la que realmente te hace más fuerte y te permite construir relaciones basadas en confianza y compromiso mutuo.
Trabajo práctico, no teórico
No analizamos el pasado sin más, buscamos qué hacer con lo que vives hoy.
¿Es esto para ti?
Si sientes que tu relación o tu manera de vincularte te genera ansiedad, dependencia o dudas constantes, trabajar juntos puede ayudarte a ver con más claridad qué está pasando y qué puedes hacer con ello.
> No necesitas saber exactamente qué buscas, solo estar dispuesto a explorarlo.
Sobre el origen de apegos posibles y de esta vocación
El precio de perderse en una relación: mi camino hacia la libertad
A lo largo de mi vida, he vivido relaciones que me marcaron profundamente, tanto en lo personal como en lo profesional. Mi experiencia me enseñó que una relación puede ser un motor para crecer, pero también un lugar que nos encierra, nos limita y nos hace olvidar quiénes somos.
Durante muchos años, estuve en una relación con la madre de mis hijos que me cambió para siempre. No fue un cambio positivo: fue una etapa en la que me aislé completamente de mi entorno, perdí mi autoestima y, con el tiempo, mi identidad. Me convencieron de que no había nadie en el mundo que me quisiera, excepto ella. Poco a poco, todo lo que me definía como persona quedó anulado. Era como vivir en una burbuja que me alejaba de cualquier apoyo externo, como si estuviera atrapado en una especie de secta emocional.
Salir de esa relación fue la decisión más valiente y difícil de mi vida. No fue fácil romper con el miedo, la dependencia y los patrones de control que habían echado raíces en mi forma de relacionarme. Pero fue ese proceso, tan doloroso como transformador, lo que me permitió entender de manera visceral los efectos de una relación desequilibrada, en la que el compromiso es unidireccional y el espacio individual desaparece.
Salida al mundo
Tras esa etapa tuve la sensación de enfrentarme al amor y a las relaciones de pareja, como si tuviese 15 años, y no 40. Tenía un desconocimiento e inocencia absolutos, y pensaba que si yo quería mucho a alguien, de igual manera, ya que no podía ser de otra forma, esa persona me querría con la misma intensidad y mismo grado de compromiso. Con unas ganas enormes de sentir amor y esa idea en la cabeza, abordaba mi nueva etapa, una etapa en la que tenía tantas ganas de querer a alguien que hubiese sido capaz de enamorarme de una cabra o de lo primero que se me hubiese cruzado.
¿Cuál fue la chispa que me activó?
Como diría Bunbury «Todo arde si le aplicas la chispa adecuada«.
El camino me llevó a vivir algunas relaciones de pareja en las que el amor no era como yo esperaba, no era de la forma que esperaba mi cabeza de 15 años en un yo adulto de 40, y curiosamente se repitió un mismo patrón: un ni contigo ni sin ti, una incomodidad manifiesta de la otra parte cuando se les demandaba mayor compromiso, alejarse cuando iban bien las cosas y acercarse si la relación se enfriaba, un «te quiero para cuando a mí me viene bien», una sensación de hablar idiomas completamente diferentes y una gran incomprensión por la idea que yo tenía acerca del amor. A eso se sumaba la ansiedad que me generaba la inaccesibilidad de la persona a la que quería.
Cuando una situación, fenómeno, reacción, o mismamente un comportamiento humano se repite, la ciencia busca las causas de ello y los patrones para encontrar las leyes o teorías que lo expliquen. Así que eso hice: Buscar. Este viaje nació de un encuentro con el concepto de apego. De ahí Apegos Posibles.
¿Qué encontré cuando busqué?
Buscando explicaciones a un comportamiento así llegué a cosas que iban contra el sentido común. Chorradas del tipo «quiero amarte, no cuidarte», o «sin ti soy yo». Existía en ese momento, ahora la moda psicológica ha cambiado, una corriente muy extendida entre una mayoría de psicólogos, de la que podríamos decir que Walter Riso es su gran gurú, que hablaba de lo importante que es ser independiente emocional, libre!, y que si sientes ansiedad por no ver correspondido tu amor eres poco menos que un enfermo o un trastornado, ¿un trastorno?!!, ¿pero cómo era eso posible?…
Para mí esto no tenía sentido, en el fondo de mi corazón sabía que no podía ser así.
¿Cómo llego a la teoría del apego y surge esta web?
Llegué por curiosidad. Buscando y leyendo encontré la teoría del apego, más concretamente la teoría del apego aplicada a adultos, y por fin empecé a comprender muchas cosas, por fin algo partía de una base científica y tenía sentido!!, y además era muy bonito!!.
En boca del psicólogo Alfredo Oliva:
«No tengo ninguna duda. Si tuviese que elegir la teoría psicológica que me resulta más seductora optaría de inmediato por la teoría del apego de John Bowlby. No voy a negar que otras teorías puedan tener su particular encanto, o que estén avaladas por una importante evidencia empírica, incluso que puedan mostrar una utilidad similar o mayor. Pero estamos hablando de belleza, y en ese terreno la propuesta de Bowlby tiene todos los ingredientes necesarios para llevarse el primer premio: sencillez, capacidad para explicar aspectos cotidianos, poesía y calidad narrativa en su formulación; en fin, más no se le puede pedir.«
Así que me dije: «Esto sería importante que lo conociese la gente», y me puse a crear la web de Apegos Posibles. A día de hoy el concepto del apego en adultos en España y LATAM, afortunadamente, ha evolucionado, pero durante muchos años y en el momento de la creación de este sitio, gracias a personajes del tipo W. Risso y acólitos, el apego y la dependencia era igual al demonio.
Imagino que a cada persona solo le sacia la sed determinadas fuentes. Cuando tienes una mente racional buscas la verdad. A una mente racional no le sirve el psicoanálisis (Freud), el esoterismo, las regresiones, las constelaciones familiares, la hipnosis, el eneagrama, el horóscopo, la magia, dar vueltas alrededor de la hoguera o la religión, por eso me resultó fascinante el tema del Apego aplicado a adultos, porque me gusta lo racional y lo bello. Apegos Posibles nació en principio para difundir otra forma de ver las relaciones de pareja: Una forma más bonita y sobre todo mucho más coherente.
Y también surgió de una pregunta esencial:
¿Y si el problema no es del que se considera dependiente, sino del que no es capaz de comprometerse y ser una figura de seguridad para su pareja?
¿Cuál es mi formación?
Cuando creé este sitio, mi profesión era otra: paisajista, diseñando jardines. Una actividad preciosa. Pero, poco a poco, sumergirme en el mundo del comportamiento humano y descubrir la posibilidad de ayudar a otras personas a encontrar respuestas que les den sentido, equilibrio y motivación, terminó atrapándome hasta convertirlo en mi vocación.
Para poder hacerlo, me formé en Psicoterapia del Bienestar Emocional y en un maravilloso Máster de Coaching con Design Thinking. Convertirme en coach (un palabro que no me encanta, pero que es el que mejor lo define) me ha dado el conocimiento y las herramientas necesarias para acompañar a quienes llegan aquí con ganas de entenderse mejor, encontrar equilibrio y construir una vida más plena.
Sin embargo, la formación por sí sola no es suficiente. La verdadera comprensión viene con la experiencia, que va sumando capas, afinando la mirada y permitiéndome entender cada vez mejor lo que realmente necesita cada persona. Como el desarrollo personal, este aprendizaje nunca se detiene. Siempre sigo explorando, ya sea a través de cursos, lecturas o del contacto directo con quienes confían en este espacio para avanzar en su propio camino.
¿Qué ocurrió con mi vida a nivel de relaciones de pareja?
No puedo dejar de reconocer que atravesar por un proceso de ruptura sentimental es algo tremendamente doloroso.
Pero quiero dejarte una reflexión y mi propia experiencia. Haber sido rechazado por alguien a quien quería profundamente, ahora lo veo como lo mejor que me ha pasado en la vida. Me hizo pararme a reflexionar. Fue mi nacimiento como persona capaz de amar y tener una relación plena y segura, ya que supuso el aprendizaje profundo acerca del apego en adultos que necesitaba para dejar de ver el amor desde la perspectiva inmadura de una cabeza de 15 años. Sin un acontecimiento así no lo hubiese logrado.
Y si, me considero un caso de éxito.
A mis 49 años llegué al último escalón de la escalera de la búsqueda de pareja. Apareció Ana.
Ahora, a mis (Año actual menos 1.968) años, tengo a mi lado a la mujer mas maravillosa y excepcional que he conocido, una persona que me hace sentir muy querido y cuidado, me infunde una gran confianza, me provoca una sonrisa cada mañana, me enseña a ser mejor, me anima a crecer y progresar, y contribuye a que viva plenamente consciente de lo afortunado que soy por el regalo de estar vivo, disfrutando de cada día y momento. El saber que puedo contar con Ana para cualquier cosa y el convencimiento de que va a estar ahí pase lo que pase me genera mucha paz emocional. Y esto es justamente lo mínimo que hay que esperar de una pareja. Yo por mi parte intento corresponder lo mejor que puedo :). Ella es la recompensa que me tenía deparada la vida. Gracias!.
Todos podemos llegar a tener una relación tremendamente satisfactoria de pareja, TODOS. El primer paso es trabajar sobre nosotros mismos con el fin de poder estar preparados para reconocer e identificar el valor de cualquier sorpresa que nos depare la vida. Una reflexión útil es preguntarnos con qué nos hemos conformado hasta ahora …..
¿Por dónde empezar?
Un paso necesario es atreverte a cuestionarte. Te invito a que empieces por una conversación conmigo, donde veremos de cerca cuál es tu situación, qué es lo que realmente necesitas y cuáles son los pasos que puedes empezar a dar para construir relaciones de compromiso y seguridad.